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Ángel Rielo: la felicidad no se busca, se entrena
En una charla profunda y muy honesta con Wake Up Platform, Ángel Rielo —mejor conocido como El Feliciólogo— comparte una visión transparente sobre la felicidad, la vulnerabilidad y el camino hacia el autoconocimiento.
Desde el inicio, Rielo responde con una frase que lo caracteriza: “Bendecido y agradecido”. Con esas palabras resume toda una filosofía de vida basada en la gratitud y la consciencia. Para él, no se trata tanto de cómo estás, sino de cómo eliges estar.
Desmontar el personaje
Rielo explica que todos, en algún momento, construimos un “personaje” para poder sobrevivir y sentirnos aceptados. Esa máscara, dice, nos protege del rechazo y del abandono, pero también nos aleja de lo que realmente somos.
El autor y conferencista, quien ha atravesado procesos de adicción y transformación personal, reconoce que durante años su personaje fue “el divertido, el que siempre hace reír”. Detrás de esa alegría constante se escondían tristeza, miedo y un profundo cansancio emocional.
“Mantener al personaje todo el tiempo es agotador”, afirma. De ahí nació su programa Desmontando el personaje, dentro de su Facultad de la Felicidad, con el que busca ayudar a las personas a reconciliarse con su verdadera identidad.
Las heridas que todos cargamos
A lo largo de la entrevista, Rielo aborda tres heridas emocionales comunes en el ser humano: el rechazo, el abandono y la humillación. En su caso, el abandono marcó su infancia y moldeó su necesidad de hacer reír para no sentirse solo.
“Si te hago reír, no me abandonas”, confiesa, reconociendo cómo muchos de nuestros comportamientos adultos nacen de heridas que nunca sanamos.
El humor como medicina del alma
Lejos de renunciar al humor, Rielo lo defiende como una herramienta poderosa para sanar. Pero advierte: “El humor no puede ser una defensa”. Si lo usamos para ocultar el dolor, seguimos alimentando la herida; si lo usamos para liberar emociones, se convierte en una vía de transformación.
El poder de las emociones
Rielo insiste en que no existen emociones buenas o malas: todas cumplen una función. La tristeza, la rabia o la frustración no deben reprimirse, sino vivirse y dejar que fluyan.
“Nada es permanente”, recuerda. “Ni la tristeza ni la alegría. Todo pasa.”
Esa comprensión, fruto de años de terapia, meditación y trabajo interior, lo ha llevado a lo que él llama una felicidad sostenible.
La felicidad como camino
Para Ángel Rielo, la felicidad no es un destino al que se llega, sino una práctica que se entrena día a día. No significa vivir sin dolor, sino aprender a convivir con él sin perder la paz interior.
Su mensaje final es claro: solo el autoconocimiento libera. Quien evita mirar sus heridas, también se está negando la oportunidad de ser feliz.
No te creas lo que acabas de ver, piensa por ti mismo y despierta.
Wake Up!